El resumen de los Encuentros con… de noviembre 2024 está a cargo de Guzmán Serrano, psicólogo en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA. Con el amor no basta: claves para una relación sana En las relaciones de pareja, el amor suele considerarse el pilar fundamental, pero como nos señala Carlos San Martín, con el amor no basta. Las parejas están en constante transformación, adaptándose a las circunstancias personales y contextuales. Las que logran durar son aquellas que tienen la capacidad de adaptarse a los cambios de la vida, ya que las dinámicas no son estáticas y evolucionan con el tiempo. Este proceso de adaptación requiere reconocer que una relación debe favorecer el bienestar de ambos integrantes y que, aunque el amor es importante, necesita complementarse con otros factores como la comunicación, el respeto, la confianza y la reciprocidad. Carlos nos advierte sobre los peligros del amor incondicional. Este tipo de amor, que muchas veces se idealiza, puede ser fácilmente abusado y con frecuencia pierde valor con el tiempo. La falta de límites en el amor puede derivar en dinámicas desequilibradas. Por ello, es importante que el amor sea recíproco, y que ambos integrantes establezcan límites claros y acuerdos justos. Esto no significa imponer condiciones ni condicionar el amor, sino encontrar un equilibrio que permita a la relación prosperar sin que una de las partes sacrifique su bienestar. Un aspecto fundamental que se resalta es la diferencia entre convivir y vivir juntos. Esto implica priorizar la calidad del tiempo compartido por encima de la cantidad, creando momentos significativos que fortalezcan el vínculo. Asimismo, se nos plantea que una ruptura no es un fracaso, sino una experiencia más en la vida. Normalizar esta perspectiva ayuda a entender que no todas las relaciones están destinadas a ser eternas y que, en ocasiones, lo más saludable para ambas partes es aceptar que el ciclo de la pareja ha llegado a su fin. Este enfoque también permite ver las separaciones como una oportunidad para crecer y aprender. Es importante diferenciar el enamoramiento del amor. El enamoramiento, que suele durar entre tres y cuatro años, es un estado emocional intenso y pasajero cargado de idealización, mientras que el amor es un sentimiento más profundo y duradero. Esta confusión da lugar a que muchas parejas rompan sus relaciones tras unos años porque confunden el desenamoramiento con el desamor. Este patrón se repite en numerosos casos y puede explicarse por la falta de entendimiento de que el amor, a diferencia del enamoramiento, requiere esfuerzo y trabajo constante para mantenerse vivo. Por otro lado, Carlos desmitifica la idea de que la terapia de pareja tiene como objetivo principal “salvar” la relación. Más bien, su propósito es ayudar a las parejas a gestionar conflictos, tomar decisiones informadas y, en algunos casos, aceptar que la mejor solución es separarse. Lo más importante, insiste, es entender que el amor no es un estado fijo, sino un proceso que requiere cuidado y dedicación continuos. En este contexto, Carlos nos menciona sobre la importancia del triángulo de Sternberg, que nos puede resultar una herramienta útil para comprender el amor en su totalidad. Según esta teoría, el amor se compone de tres elementos: intimidad, pasión y compromiso. Un equilibrio entre estos factores es fundamental para una relación saludable. Sin embargo, las relaciones no están exentas de desafíos. Es por ello que se han identificado varios momentos críticos que todas las parejas enfrentan, como pueden ser la etapa de diferenciación, cuando cada miembro empieza a reclamar su espacio y autonomía; el nacimiento del primer hijo, que altera las dinámicas y roles de pareja y redistribuye las prioridades; y el llamado “nido vacío emocional”, que puede surgir incluso cuando los hijos siguen viviendo en casa, pero la conexión emocional se debilita. A su vez, encuentra que muchos de los problemas por los que las parejas acuden frecuentemente a terapia de pareja se basan principalmente en el miedo al abandono, los celos e infidelidades y, especialmente, los problemas de comunicación. Esto nos recalca que tener pareja no es un punto de llegada, sino el inicio de un esfuerzo constante por mantener y fortalecer el vínculo. Como siempre un abrazo de 20 segundos para cada lector/a Guzmán Serrano Ángela Carrera Camuesco |