Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan.
El post está a cargo de Marta González Moragón, Verónica Hernández Soler, Lidia Bustamante Pérez, Elena Campo Zugasti, psicólogas en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA. Han elegido un tema sobre el que no se habla demasiado: El Duelo en Navidad.
¿Echas de menos estas navidades a un ser querido?
La navidad es una época caracterizada por momentos que nos acercan a personas queridas que puede que no veamos desde hace tiempo, así como una época de rituales y tradiciones familiares que se mantienen de generación en generación. No obstante, puede ser una experiencia muy diferente cuando se produce la pérdida de un ser querido ya que se convierte en un periodo donde las ausencias se hacen aún más presentes. El sentimiento de vacío se incrementa en estas fechas. Asimismo, en algunos casos, supone el hecho de tener que vivir estos momentos en soledad e incluso la pérdida de rituales y tradiciones.
El duelo es un proceso psicológico que se produce tras la pérdida de un ser querido. Es una vivencia que se manifiesta de forma diferente en cada persona, pero conlleva emociones comunes como miedo, tristeza, confusión, culpa, negación, etc. Cabe destacar, que no hay un tiempo delimitado para encontrarse bien, y que cada persona vive y siente el dolor de una forma, por ello, dependiendo de sus experiencias, necesitará utilizar estrategias de afrontamiento diferentes para sobrepasar este momento. Normalmente, el duelo está asociado al fallecimiento pero también, incluye procesos de pérdida como pueden ser una separación, un divorcio o tener familiares viviendo en otro país. Algunas personas prefieren evitar cualquier tipo de festividad, aunque no es una tarea fácil debido a la abrumadora presencia de decoraciones y al «espíritu navideño» omnipresente en nuestro entorno, incluidas las calles y los medios de comunicación. Por ello, existe el riesgo de sentirse desconectado completamente del entorno, lo que podría llevarnos a un aislamiento para protegernos del dolor.
Por otro lado, hay quienes optan por actuar como si nada hubiera ocurrido y se esfuerzan por participar en las celebraciones, como es habitual todos los años. Esta situación se encuentra especialmente en las familias en las que las emociones derivadas de la pérdida están profundamente reprimidas o en las que existe el deseo de proteger a otros miembros de la familia, como a los niños pequeños. Este sentimiento de obligación con frecuencia da lugar a intensos conflictos internos.
¿Hay alguna forma de modificar la culpa que nos genera “disfrutar” de estas fechas a pesar de la ausencia de un ser querido? Uno de los enfoques más beneficiosos consiste en anticipar y organizar las festividades. Son fechas que pueden suponer un estrés si eres de las personas que se encarga de los preparativos, regalos, decoración, etc. Repartirse las tareas con tus seres queridos es una acción que aumenta la implicación familiar, lo que conseguirá una mayor liberación emocional y a su vez, un refuerzo del vínculo con tus familiares. Participa en una conversación u organiza reuniones con las personas con las que pasarás la Navidad y expresa tus expectativas para esos días, respetando las opiniones, los deseos y las emociones de todas las personas involucradas. Además, es crucial compartir abiertamente con ellos tus emociones e inquietudes con respecto a cómo te gustaría abordar las cosas este año. No te sientas culpable sobre las cosas que piensas que deberías estar haciendo. Es interesante crear nuevas tradiciones en recuerdo a la persona que ya no está; por ejemplo: utilizar un objeto simbólico: encender una vela o hacer un gesto como un “brindis” conmemorando buenos momentos y/o anécdotas vividas. Recordamos a los que no están pero no olvidar centrarnos en la gente que sí tenemos ahora a nuestro lado.
Por último, pero no menos importante, destacar que si observas que la situación te sobrepasa, acudir a un profesional y pedir ayuda, siempre es una opción recomendable.
Como siempre, un abrazo de 20 segundos para cada lector/a.
Marta González Moragón, Verónica Hernández Soler, Lidia Bustamante Pérez y Elena Campo Zugasti Psicólogas en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA
Ángela Carrera Camuesco Psicóloga Clínica y directora de CIPSA
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