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Personalidad... Tener o no tener

Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. Propuse un tema a mis alumnas de prácticas de psicología para hacer un blog y explicar que significa una expresión tan común como “No tienes personalidad”. Y aquí tenéis el resultado.

En ocasiones, hemos podido escuchar la expresión “no tienes personalidad” de forma peyorativa. Pero ¿qué significa esto realmente? El término personalidad hace referencia al conjunto de características de una persona que determinan cómo va a afrontar las distintas situaciones que se le presentan en su día a día. A su vez, la personalidad se conforma por el temperamento y el carácter: El temperamento es la parte de la personalidad que viene marcada por la herencia biológica, es decir, nacemos con ella. Se manifiesta de manera precoz y se mantiene a lo largo de toda la vida. Por otro lado, el carácter hace referencia a la parte de la personalidad que aprendemos del medio que nos rodea. Es decir, de nuestro entorno social, las normas, la educación que hemos recibido etc.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando usamos la expresión “no tienes personalidad”? coloquialmente hablando, hace referencia a ser una persona introvertida, influenciable, insegura, que le cuesta decir “no”, pedir favores, defender sus derechos y que puede pasar desapercibida. Sin embargo, cuando decimos que alguien tiene mucha personalidad solemos referirnos a una persona segura de sí misma, extrovertida, firme en sus opiniones, y que suele ser el alma de la fiesta. Pues bien, ninguna persona tiene más personalidad que otra. Es decir, la primera persona afronta las situaciones cotidianas de una manera muy diferente a la segunda, pero ambas tienen su forma característica de responder. Todo esto, depende del temperamento y el carácter de cada uno. Podríamos decir que la personalidad es la marca registrada de cada ser humano, ya que no nos vamos a encontrar dos iguales. En ocasiones, la personalidad de alguien nos atrae porque es distinta a la nuestra o reúne aquellas características o cualidades que nos faltan y nos gustaría tener.

Respondiendo al título del blog ¿tener o no tener?, la respuesta es que todos tenemos una personalidad, unos rasgos característicos creados por la genética y las experiencias. Y es como las huellas dactilares, única en el mundo y en la historia.

Como siempre me despido con un abrazo (virtual por lo del covid-19) de 20 segundos para cada lector/a.

Autoras:
Ángela Carrera Camuesco
Psicóloga Clínica y directora de CIPSA
y las alumnas:
Marta Ortiz, Leticia Palazuelos,
Marina Ramos, Sandra Sarabia

Imágenes: Created by cookie_studio and benzoix ~  Freepik

 

 

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Huellas de la Homofobia

A pocos días de haberse celebrado el día internacional del orgullo gay, donde se reivindica la igualdad y el respeto de las personas con diversidad sexual, están saliendo a la luz diferentes casos de violencia homofóbica. Entre estos, el destacado caso de Samuel, un joven gay de 24 años que perdió recientemente la vida a causa de una de estas agresiones.

En base a estos sucesos, en la actualidad, se puede ver un importante movimiento social en contra de la homofobia bajo el Hashtag “#JusticiaParaSamuel”.

La homofobia es la “actitud hostil u odio irracional hacia los homosexuales, sean estos hombres o mujeres” aunque este término se utiliza para incluir también el odio a cualquier tipo de diversidad sexual.  Según Blumenfeld, la homofobia actúa en distintos niveles: personal (concepción de que las personas homosexuales presentan un trastorno psicológico y son inferiores a las personas heterosexuales); interpersonal (cuando el prejuicio afecta a las relaciones de este colectivo y supone una discriminación social); institucional (supone la discriminación a través de los órganos de gobierno, entidades religiosas, instituciones educativas etc.); cultural (concepciones y costumbres perpetradas en la sociedad que implican discriminación) , y moral (conjunto de normas y códigos  que tienden a discriminar e invalidar moralmente, cualquier comportamiento alejado de la “heteronormatividad”).

La homofobia tiene una serie de repercusiones en las personas con diversidad sexual. Estas se manifiestan en los ámbitos emocional, físico, conductual y social.

Emocional: Las personas del colectivo LGTBI presentan una prevalencia significativamente mayor de problemas emocionales, con respecto a la población general. Entre ellos:

  • Ansiedad: es frecuente que las personas LGTBI presenten problemas de concentración, pensamientos automáticos negativos, malestar en sus rutinas y vida cotidiana, problemas con su sexualidad.
  • Depresión: a menudo tienen pensamientos de inutilidad o inferioridad, pueden dejar de interesarse por las cosas que antes les gustaban y, en ocasiones, se aíslan de los apoyos más cercanos a consecuencia de estos pensamientos.
  • Culpa y vergüenza: en muchas ocasiones estas personas pueden ocultar su orientación sexual por este motivo.
  • Estrés ocasionado por el rechazo social.
  • Homofobia interiorizada: “aversión a los propios sentimientos y comportamientos propios de mi orientación sexual o identidad de género”. Lo que puede desencadenar emociones negativas y baja autoestima.

Físico: Del mismo modo, presentan en mayor grado problemas físicos derivados de los problemas emocionales, anteriormente citados.

  • Somatizaciones: hace referencia a las representaciones físicas de la emoción a través de diferentes síntomas que afectan a la salud física.
  • Problemas de sueño: siendo el más común el insomnio: bien de conciliación, mantenimiento o despertar precoz.

 Conductual:

  • Suicidios o intentos de suicidio y autolesiones: se da especialmente en adolescentes LGTBI que sufren acoso escolar por su orientación o identidad sexual. Dicha edad es crítica en el desarrollo de la identidad personal y por lo tanto, durante esta etapa son más susceptibles a la desaprobación social.
  • Consumo de drogas o alcohol: el colectivo LGTBI presenta una prevalencia dos veces mayor que el resto de la población en materia de adicciones. El alto nivel de estrés asociado al rechazo y a la discriminación sexual está asociado a un mayor consumo de alcohol, cocaína y otras drogas.

Social:

  • Retraimiento social o relaciones sociales desadaptativas: las personas LGTBI presentan mayor incidencia de fobia social que el resto de la población, es por esto, por lo que tienden al retraimiento y la evitación de las situaciones sociales.

 Como hemos visto hasta ahora, la homofobia deja una importante huella psicológica en las personas. Una manera de conseguir un mundo más justo e igualitario empieza en la educación en valores, tolerancia y respeto.

Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel o su origen, su sexualidad o su religión. Si pueden aprender a odiar, se les puede enseñar a amar, porque el amor es más natural para el corazón humano que su opuesto” Nelson Mandela.

 

Marta Ortiz Ganza y Sandra Sarabia Barrio

Alumnas de Psicología en prácticas de la
Universidad Europea del Atlántico
Departamento de Psicología Clínica de CIPSA

| Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud |

 

 

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Día Internacional del Sueño

Con motivo de la celebración del Día Internacional del Sueño el 19 de marzo, vamos a aportar una serie de información acerca de los ritmos circadianos y algunos consejos para mejorar la calidad de nuestro sueño.

¿Qué son los ritmos circadianos?

El ritmo circadiano va marcado en base a factores como la luz y la oscuridad originando cambios en el ser vivo, pudiendo afectar a animales, plantas e incluso microorganismos. En general el estilo de vida va a estar determinado por la hora del día en la que nos encontremos.

¿Y que ocurre entonces con las personas nocturnas?

Según lo anterior, lo lógico sería que todas las personas fueran diurnas, pero esto en la realidad no es así. ¿Quién no tiene una persona conocida, o incluso nosotros mismos que a partir de las 11 p.m. tiene más ganas de hablar o se pone a trabajar/estudiar? Los expertos nos dicen que la diferencia entre diurnos y nocturnos se debe a la reacción del cerebro ante la luz solar, llegando a estar en un 47% determinado por la herencia genética.

Las personas nocturnas deben adaptarse a la vida diurna que esta normalizada socialmente. Algunas investigaciones indican que esta lucha contra el reloj interno puede desembocar en diversas enfermedades.

Ciertos estudios creen que un posible origen pueda ser la diferencia de trabajo que existía en la antigüedad, ya que mientras una gran parte de la población centraba su labor durante el día, siempre fue necesario que cierto grupo de personas realizara tareas de vigilancia.

¿Qué podemos hacer como personas nocturnas en un mundo diurno?

Entre otras cosas podemos emplear gafas oscuras al salir del trabajo para simular parcialmente que aún es de noche, tomar melatonina una hora antes de iniciar el sueño, no abusar de la cafeína y realizar una siesta a mitad del día que sea de entre 30 minutos y una hora.

¡Desde CIPSA os deseamos un feliz día del sueño! ¡Que tengáis un buen descanso!

 

Ana Ruiz García y Javier Sánchez Alonso

Alumnas de Psicología en prácticas de la
Universidad Europea del Atlántico

Departamento de Psicología Clínica de CIPSA


| Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud |

 Imágenes: Created by wayhomestudio and gpointstudio ~  Freepik

 

 

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