Síndrome de Burnout: detecta, previene y conoce sobre el agotamiento laboral

Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. El post está a cargo de Guzmán Serrano Pérez, psicólogo en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA

Síndrome de Burnout: detecta, previene y conoce sobre el agotamiento laboral

El síndrome de burnout es un fenómeno que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a aquellas que desempeñan trabajos que requieren una alta implicación en el cuidado de la salud o un alto nivel de implicación emocional.

El síndrome de burnout se refiere a un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por el estrés crónico relacionado con el trabajo. Este síndrome se caracteriza por la sensación de estar "quemado" o sobrepasado, y puede afectar gravemente tanto la salud como la calidad de vida de las personas.

Los síntomas del burnout puede manifestarse de diversas maneras, pero los síntomas más comunes son:

  • Agotamiento emocional: sensación constante de fatiga, falta de energía y dificultades para recuperarse, incluso tras periodos de descanso.
  • Despersonalización o cinismo: actitud negativa o distante hacia el trabajo, los compañeros o incluso los clientes.
  • Reducción de la eficacia personal: sensación de ineptitud o falta de logros en el ámbito laboral.
  • Entre otros posibles síntomas podemos encontrar: problemas de concentración y memoria, insomnio o alteraciones en el sueño, dolores de cabeza, tensión muscular y problemas digestivos, aislamiento social o la disminución de actividades placenteras.

El burnout aparece como el resultado de una combinación de diversos factores. Entre las causas más comunes podemos encontrar: una sobrecarga de trabajo debido a un exceso de tareas, jornadas laborales largas o la falta de descansos adecuados; la falta de reconocimiento o escasa valoración del trabajo también puede facilitar la aparición del burnout; un ambiente laboral tóxico o conflictivo, así como una pobre comunicación entre equipos o falta de apoyo; un desequilibrio entre la vida laboral y personal; y distintos factores individuales como el perfeccionismo, la autoexigencia o las dificultades para establecer límites facilitan la aparición de este síndrome.

Podemos realizar una prevención de este síndrome tanto a nivel individual como organizacional.

A nivel individual, es importante trabajar: la gestión del tiempo, el establecimiento de prioridades y el saber delegar tareas cuando sea posible. Realizar actividades placenteras, un descanso adecuado y autocuidarse es vital para prevenir este síndrome, igualmente,  aprender a establecer límites y respetar los tiempos de desconexión laboral.

En cuanto al nivel organizacional: es relevante promover un ambiente laboral saludable, reconocer y motivar el esfuerzo de los empleados, así como ofrecer oportunidades para el desarrollo profesional, y una mayor flexibilidad favorece a evitar que aparezca este síndrome.

Cuando presentamos burnout por mucho tiempo, este puede tener un impacto significativo en nuestras diferentes áreas de la vida, las consecuencias más comunes que podemos padecer son:

  • Salud física y mental: incrementa el riesgo de desarrollar depresión, ansiedad, enfermedades cardiovasculares y trastornos inmunológicos.
  • Relaciones personales: puede fomentar los conflictos y aislamiento social.
  • Rendimiento laboral: la disminución de la motivación y la productividad puede afectar al rendimiento y desarrollo profesional.

En conclusión, podemos decir que el síndrome de burnout no debe tomarse a la ligera. Reconocer los síntomas y actuar a tiempo es clave para evitar sus consecuencias a largo plazo.

Como siempre un abrazo de 20 segundos para cada lector/a


Guzmán Serrano Pérez
Psicólogo en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica
del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA

Ángela Carrera Camuesco
Psicóloga Clínica y directora de CIPSA 

Imágenes: Created by Pexels ~ Nataliya Vaitkevich •  Pexels

 

Así fue el Reencuentro con la Dra. Carmen Sarabia | Ciencia, longevidad y juventud

 

El resumen de los Encuentros con… de enero 2025 está a cargo de Marta de Mier, Sara Oceja, Guzmán Serrano y Xabier Vázquez, psicólogos en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA.

El envejecimiento es un proceso biológico natural e inherente a todos los seres vivos. Aunque la edad biológica máxima que puede alcanzar un ser humano es de aproximadamente 120 años, cada organismo envejece en momentos y formas diferentes. Un dato curioso es la existencia de la medusa Turritopsis dohrnii, conocida como la "medusa inmortal", ya que es el único ser vivo capaz de revertir su ciclo vital y rejuvenecer.

En la actualidad, el envejecimiento de la población representa un desafío global. Japón es uno de los países con mayor proporción de personas mayores, lo que ha impulsado la implementación de robots para su cuidado. España es el segundo país con más población envejecida, el 70% de las personas que acuden a los servicios sanitarios tienen más de 65 años, lo que destaca la necesidad de adaptar los sistemas de salud a esta realidad. Sin embargo, para el 2040 seremos el primer país con más personas mayores por encima de Japón.

¿Cuándo empieza el envejecimiento?

El proceso de envejecimiento comienza alrededor de los 30 años. La piel es el primer órgano en envejecer debido a su constante exposición a factores ambientales. En contraste, el corazón es el órgano que menos envejece, mientras que los riñones se encuentran entre los que más rápido se deterioran. Este proceso es altamente heterogéneo entre individuos y tiene un fuerte componente hereditario.

¿Por qué envejecemos?

A pesar de los avances científicos, aún no se comprende la causa del envejecimiento. Sin embargo, se estima que un 60% de este proceso depende del estilo de vida.

Para ralentizar el envejecimiento, existen 4 factores clave:

  1. Actividad física: Realizarlo cada dos horas, adaptado a cada edad.
  2. Alimentación: Reducir la ingesta calórica y evitar excesos.
  3. Relaciones sociales: Mantener una vida social activa.
  4. Salud mental: Gestionar el estrés y promover el bienestar emocional.

El cuerpo humano está compuesto en un 90% por bacterias, la mayoría ubicadas en la flora intestinal. Una microbiota saludable es clave para reducir la inflamación, ya que la inflamación crónica acelera el envejecimiento y afecta al sistema inmunológico. Reducir el proceso inflamatorio reduce el proceso de oxidación de la célula, lo que provoca que las células se mantengan más jóvenes.

A partir de los 30-40 años, el cuerpo genera células senescentes, que no son ni viejas ni jóvenes. Estas células pueden favorecer enfermedades como el cáncer. Investigaciones con ratones han logrado revertir su envejecimiento significativamente, lo que abre nuevas posibilidades en la medicina regenerativa. Medicamentos como la metformina y la rapamicina han mostrado efectos sobre la longevidad, aunque su uso sigue siendo objeto de debate.

Dentro de las células, los cromosomas contienen los telómeros, estructuras en sus extremos que se acortan con cada replicación celular. La reducción de los telómeros está asociada con el envejecimiento celular y el desarrollo de enfermedades.

Las células madre, por otro lado, tienen un gran potencial regenerativo y han sido utilizadas en enfermedades como el Parkinson y para la regeneración de cartílago, páncreas y córnea. Sin embargo, su aplicación en la regeneración de neuronas para el tratamiento del Alzheimer aún presenta riesgos, como la formación de tumores.

¿Existen tratamientos antienvejecimiento?

El agua y el retinol son de los pocos productos con evidencia en la reducción de los signos del envejecimiento. Sin embargo, el desarrollo de tratamientos avanzados enfrenta desafíos legales. La ciencia avanza más rápido que la legislación, lo que plantea dilemas éticos sobre hasta qué punto deberían permitirse ciertas intervenciones.

El envejecimiento es un fenómeno complejo y multifactorial. Aunque no podemos evitarlo, adoptar un estilo de vida saludable puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida a medida que envejecemos.

Como siempre un abrazo de 20 segundos para cada lector/a


Marta de Mier, Sara Oceja, Guzmán Serrano y Xabier Vázquez
Psicólogo en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica
del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA

Ángela Carrera Camuesco
Especialista en Psicología Clínica
Directora de CIPSA

 

 

El Edadismo: Calidad de Vida y Bienestar Psicológico

Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. El post está a cargo de Paula Lomas Portilla, psicóloga en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA

Edadismo: ¿Por qué la discriminación por edad nos afecta a todos?

El edadismo es la discriminación o los prejuicios basados en la edad, y, aunque suene sorprendente, afecta tanto a los más jóvenes como a los mayores. A menudo se piensa que el edadismo solo afecta a las personas mayores, pero también existe una forma de discriminación hacia los jóvenes, sobre todo cuando se les ve como inexpertos o irresponsables. Ya sea por su edad o por la suposición de que no tienen suficiente "valor" o "experiencia", el edadismo es un problema que tiene consecuencias serias en la vida de las personas.

¿De dónde viene el edadismo?

Este prejuicio tiene muchas raíces, pero una de las principales es la cultura y los medios de comunicación, que constantemente promueven estereotipos sobre lo que significa ser joven o mayor. Las películas, la publicidad y las redes sociales suelen idealizar la juventud, mientras que a los mayores se les presenta como fuera de lugar, menos capaces o incluso invisibles. Además, en el ámbito laboral, a veces se da por hecho que los más jóvenes son más productivos o innovadores, mientras que los mayores son relegados a puestos menos visibles o se les niega la posibilidad de aprender nuevas habilidades. Todo esto crea una barrera psicológica para las personas afectadas.

El impacto en la calidad de vida y el bienestar psicológico

El edadismo no solo es un problema social, sino que también afecta profundamente la calidad de vida y el bienestar emocional de las personas. En los mayores, el sentirse excluidos o invisibles puede llevar a sentimientos de inutilidad, ansiedad y depresión. La discriminación laboral, la falta de participación social y la tendencia a verlos como menos valiosos hace que muchos experimenten aislamiento y pérdida de motivación, lo que puede afectar su salud física y mental.

Por otro lado, los jóvenes también sufren los efectos del edadismo, aunque en menor medida se habla de ello. A menudo se les juzga por ser inexpertos o no tener "lo suficiente" para estar en una posición de poder o responsabilidad, lo que puede generar inseguridad y ansiedad. Este tipo de discriminación puede limitar sus oportunidades y afectar su autoestima, llevándolos a sentir que siempre tienen que probar algo más para ser tomados en serio.

¿Por qué necesitamos hablar más del edadismo?

El edadismo es una forma de discriminación que a menudo pasa desapercibida, pero sus efectos son profundos. Al igual que otras formas de prejuicio, el edadismo no solo afecta la autopercepción de las personas, sino que también refuerza las divisiones generacionales en nuestra sociedad. En lugar de ser vistas como oportunidades para el intercambio de ideas y experiencias, las diferentes generaciones se ven cada vez más como grupos separados o incluso enfrentados. Esta segregación puede perpetuar la incomprensión y los estereotipos.

Hablar del edadismo es importante porque visibiliza cómo los estereotipos sobre la edad pueden limitar el potencial de todos. Además, al normalizar la conversación, podemos comenzar a romper barreras y a encontrar soluciones que favorezcan la inclusión y el respeto entre todas las edades. Si seguimos ignorando este problema, corremos el riesgo de seguir reproduciendo ciclos de discriminación que afectan tanto a jóvenes como a mayores en diferentes aspectos de su vida.

Con todo esto…

El edadismo es una forma de discriminación que limita el potencial de las personas, sin importar si son jóvenes o mayores. Combatirlo requiere un cambio de mentalidad, pero sobre todo, un esfuerzo colectivo para construir una sociedad más inclusiva y respetuosa con todas las generaciones. Porque al final, todos vamos a envejecer, y los jóvenes de hoy son los mayores de mañana.


Como siempre un abrazo de 20 segundos para cada lector/a


Paula Lomas Portilla
Psicóloga en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica
del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA

Ángela Carrera Camuesco
Psicóloga Clínica y directora de CIPSA 

Imágenes: Created by Pexels ~ robertkso •  Pexels

 

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